sábado, 2 de abril de 2011

La Gomera en el recuerdo (21)

Recuerdan ustedes que iniciamos en la anterior entrega el relato del varamiento del buque Cantabria en la entrada de la bahía de San Sebastián de La Gomera. Pues sigamos con ello. En El Guanche, 30 de marzo de 1862, página 1:
“Edicto. D. Juan Cumella Prior del Tribunal de Comercio de esta Ciudad y su partido judicial: Hago saber á todas las personas que quieran tomar parte en el remate que por disposición del Tribunal de Comercio se celebra el dia cinco del próximo Abril á la hora de las once de su mañana en las salas de dicho Tribunal, de un baúl conteniendo ciento treinta y siete pares de zapatos y borseguies de becerro apreciados a seis reales vellón cada uno; de otro conteniendo doscientos cincuenta pares de botas y zapatos de charol y perdurable á cuatro reales vellón cada uno; y ochenta y seis pares de botas y zapatos de tafilete y tela para niños á dos reales vellón cada uno; de otro baúl conteniendo diez y ocho pares botines de charol para hombre á treinta reales vellón uno, y tres docenas de zapatos de becerro a doce reales vellón uno; de otro baúl conteniendo ochenta y cinco pares botitos de charol para niños á quince realesvn uno, de veinte y cuatro sacos de alpiste á sesenta reales vellón una; de un cofre conteniendo doscientas veinte cajetas dátiles de á libra cada una á dos reales vellón cada una, de dos cajas de salchichón á cuatro reales vellón libra doble, y últimamente de una caja conteniendo doce sombreros de pico que por estar demasiado averiados se rematan al precio que se ofrezca por ellos. Serán admitidas las posturas que se hagan siempre que cubran las tres cuartas partes del justiprecio; pues asi lo tiene acordado el referido Tribunal en las diligencias que se instruyen sobre averia del cargamento conducido por el buque vapor Cantabria. Dado en la Ciudad de Santa Cruz de Tenerife á veinte y seis de Marzo de mil ochocientos sesenta y dos.=Juan Cumella.=P.M.D.D.S. Francisco Rodriguez Suarez, escribano público”.
En el mismo ejemplar, pero en su página 2, hallamos:
“Al oscurecer del 28 del actual fondeó en este puerto procedente de Cádiz y escala en Lanzarote, á donde tuvo que arribar a causa de los tiempos atemporalados que encontro sobre estas islas, el vapor mercante español Pensamiento, fletado por la empresa de los vapores correos tras-atlanticos, con el fin de ver si puede sacar a flote y remolcar hasta Cádiz al vapor Cantabria, que se encuentra embarrancado en las playas de San Sebastian de la Gomera.
Dicho buque conduce á su bordo buzos, bombas y varios otros aparatos indispensables á las operaciones que han de efectuarse con el fin de ver si se consigue salvar al Cantabria, y una comisión compuesta de personas facultativas mandada al efecto por orden del Gobierno; pero en cambio no ha traido ni una carta ni un periódico de los que a la fecha de su salida, que fué el 21, debian ya existir en la Administracion de correos de Cádiz. Lo sentimos”.
Una semana más tarde el citado periódico (El Guanche, 6 de abril de 1862, página 3):
“Según anunciamos en nuestro último número, á las 5 de la mañana del 30 del próximo pasado Marzo tuvo efecto la traslacion á bordo del correo de las Antillas Isla de Cuba, de los oficiales é individuos de tropa que conducía para Ultramar el vapor Cantabria, embarrancado en la isla de la Gomera. Dicha traslación se ejecutó en muy poco tiempo y con todo orden, presenciando el acto el Exmo. Sr. Brigadier Ravenet y Estado mayor y el Comandante principal de Marina y sus Ayudantes. Los gefes y oficiales del Batallon de artillería y del provisional que guarnecen esta plaza, asistieron también al embarco, como asi mismo la banda de música que permaneció en el alto muelle tocando distintas piezas mientras que aquel se llevó á cabo. A los pocos minutos el Isla de Cuba zarpó para su destino.
Al dar cuenta de este acaecimiento, debemos hacer presente las simpatías que tanto los indicados oficiales como los individuos de tropa, demostraron publicamente en favor de Santa Cruz de Tenerife y de S. Sebastian de la Gomera, por la hospitalidad y deferencia con que se les atendió durante el corto tiempo que permanecieron entre nosotros, añadiendo que el recuerdo de su estancia en esta Cuidad será para ellos tan grato como eterno. Mucho agradecemos tan lisongeras protestas, al desearles un pronto y feliz arribo á las playas de Santo Domingo y de Cuba”.
El Guanche, 14 de mayo, de 1862, página 2:
“Sección marítima y mercantil. El Eco toma de un periódico de la Corte el siguiente suelto:
‘El vapor Cantabria no se ha perdido, como hemos visto asegurarse. Está el origen de esa equivocada noticia en que cuando el buque se preparaba para regresar á Cádiz, desde su fondeadero de la isla Gomera un tiempo duro que sobrevino, le hizo garrear, siendo esto causa de que se fuera sobre la playa y se temiese su pérdida, que felizmente no se ha verificado’.
Ignoramos quien haya podido comunicar al diario madrileño una noticia de tanta trascendencia, noticia en la cual como observarán nuestros lectores no hay una sola palabra que sea verídica ni aún que se aproxima a la verdad. A pesar de que nos hemos ocupado en unión de algunos colegas del país, del desgraciado acontecimiento del Cantabria que hemos sido y somos los primeros en lamentar, volveremos á repetir, por si puede llegar á conocimiento del indicado diario, que desde que el Cantabria embarrancó en la playa del puerto de S. Sebastian de la Gomera, por no irse á pique, no ha vuelto ni volverá á flotar”.
Cambiamos por un momento de asunto y en el Boletín Oficial Eclesiástico, 20 de junio de 1862, página 3:
“Academia de Teología. En la mañana del día 16 del corriente se defendieron en la Capilla del Seminario Conciliar públicas conclusiones de Teología Dogmática por el alumno D. Silverio Alonso, natural de Tenerife. Fueron los arguyentes D. Claudio Marrero Cura Párroco de Arafo de Tenerife, D. Juan Inza y D. Bernardo Cabrera de Gran-Canaria. Nuestro Ilmo. Prelado presidió el acto y tomó parte en los argumentos, terminados los cuales felicitó á los PP. Profesores y á los jóvenes alumnos por la prueba que acababan de dar de su escelente método de enseñanza los primeros, y de su aplicación los segundos, concluyendo S.S.I. por encarecer la necesidad que tiene el Clero de nuestros tiempos de prepararse con el estudio á sostener los combates científicos, á los cuales le provocan los enemigos de nuestra Santa Religión. Acto continuo manifestó S.S.I. que habia resuelto dar un premio al joven seminarista que mejor hubiese cumplido en sus deberes en este año escolar. El jurado para adjudicar este premio á la Virtud dispuso S.S.I. lo formaran los mismos alumnos del Seminario, y por una inmensa mayoría de votos fué designado como merecedor de dicho premio el Sr. D. José Padilla natural de la isla de la Gomera, y alumno del tercer año de latinidad y primero de Retórica. Estando reunidos los PP. Rector y Profesores con todos los jóvenes que se educan en el establecimiento, el espresado Sr. Padilla recibió de manos de su amante Padre y Pastor un ejemplar ricamente encuadernado de la obra titulada Los Hijos de la Biblia. La banda de música del Seminario recibió y despidió á su Prelado ejecutando con maestría la marcha episcopal”.
Retornamos con el accidente del buque y en Crónica de Lanzarote, 12 de julio de 1862, página 1:
“El vapor (remolcador) ingles Cuizer ha visitado la isla de la Gomera en estos últimos dias con objeto de sacar á flote al vapor correo español Cantabria. No habiendo sido posible practicar operación alguna por el mal estado en que se encuentra el Cantabria el Cruizer se ha vuelto á Liverpool”.
Y finalizamos con una subasta de bienes que guarda relación con unos personajes que ya fueron mencionados en el número diecinueve de esta serie de La Gomera en el recuerdo. En el Boletín Oficial de Canarias, 15 de septiembre de 1862, página 4:
“D. Estanislao Muñoz y Ortiz, Auditor de Marina honorario y Juez de primera instancia de esta capital y su partido.
Hago saber que en este Juzgado de primera instancia y por la Escribanía del autorizante se siguen autos promovidos por D. Domingo Morales Díaz, vecino del pueblo de Hermigua en la Gomera, contra D. Francisco Alvarez Fagundo y D. Pedro Rodríguez Mora, de igual vecindad, por cobro de maravedises, en los cuales se ha dispuesto en providencia de este dia sacar á doble subasta los bienes embargados de la pertenencia de los mismos y son los que inmediatamente siguen.
Un terreno contiguo á la casa habitación de D. Antonio Fagundo, lindando con herederos de D. Miguel de la Cruz D. Nicasio de León y D. José Joaquín Ayala apreciado por peritos en tres mil reales vellón.
Otro terreno de ñameros por la parte del barranco de la Calle, lindando con dicho barranco y con herederos de D. Miguel de la Cruz apreciado en cuatrocientos cincuenta rs. vn: componiendo ambas partidas la de tres mil cuatrocientos cincuenta rvn.
Los que quisieren hacer postura á las fincas que van insertas y las cuales radican en el pueblo de Hermigua en la Gomera, ocurran á las Salas de audiencia de este Juzgado y en las del de paz del citado pueblo, el viernes veinte y seis del actual de doce á una de su mañana, que se les admitirán las que hicieren sobre los dos tercios de su valor, quedando rematadas á favor del mejor postor.
Santa Cruz de Tenerife Setiembre cuatro de mil ochocientos sesenta y dos. Estanislao Muñoz. P. M. D. S. J. Diego Antonio Costa”.
Finalizo por hoy en el convencimiento de que alguien que se asome a Pepillo y Juanillo encontrará, cualquiera sabe cuándo, alguna relación (bien por descendencia, amistad o motivos de investigación) con estos husmeos en la prensa de esa década de los sesenta del pasado siglo XIX. En ese caso, si esta manía le hubiese sido útil, añadiría la satisfacción a la innata del rescate per se. Hasta la próxima.

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