lunes, 23 de junio de 2014

Programa, programa, programa

El pasado sábado escribí en Facebook: “Se demandan profundos cambios sociales. Pero permanece el auténtico, el genuino J.B.”. Y los avispados de los contornos me dijeron que si por un casual me refería a determinado personaje relacionado desde tiempos inmemoriales con la política. Nada más lejos de la realidad. Quizás el fallo estuvo en no haber ubicado el ampersand (&) de marras, para que lo pudieran relacionar con Justerini & Brooks (Scotch Whisky), el auténtico sabor escocés. Pero allá cada cual.
Puede que las confusiones radiquen en la demanda machacona de cambios por aquellos que no se percatan de que la enfermedad por la que las tuercas se oxidan, ataca tanto a ricos, reyes y tribunos como a esa famélica legión formada por los parias de la tierra.
El Mundial futbolero continúa sin que se especifique en crónica alguna que miles y miles de brasileños las pasan canutas (no solo alucina el opio). Y un año electoral se aproxima a pasos agigantados. Los movimientos se hacen más patentes y aquellos que se han tomado a pulso lo del servicio público pretenden que bailemos a su ritmo, al menos hasta finales de mayo del año precitado. Porque en su postrer domingo acudiremos con tres papeletas a cumplir con el sacrosanto deber del voto.
El PSOE nacional se halla inmerso en la búsqueda de su futuro secretario general. Intuyo que cualquiera de los candidatos en liza le dará buen revolcón a la alicaída situación en la que se halla la nave socialista. Aunque entiendo, y así lo he manifestado en más de una ocasión, que este proceso bien se pudo llevar a cabo tras la debacle de las generales a finales de 2011. Como también lo sostuve (y por escrito está igualmente) para otros niveles. Porque cuando concluya en julio este vía crucis y se abra la carrera para la designación de candidaturas en los diferentes frentes abiertos, en bastantes escenarios habrá que cambiar decorados y actores. Insisto, siempre y cuando este inminente produzca los efectos deseados.
Manuel Domínguez (no quisiera hallarme en su pellejo por la peligrosidad psíquica de solapar cargos institucionales y orgánicos), en su condición de jefe insular popular, arremetió contra el Gobierno de Canarias por su inoperancia en el cierre del anillo insular. No tardó CC en reunirse para espetarle la esperada respuesta de que Madrid no gira (enviar dinero). Mientras, un servidor –ejemplo de tantos y tantos– debe atravesar medio Icod para subir por El Amparo. No, el PSC no habla del tema a la espera de que escampe un fisco. O defina un aspirante con dos… orejas con las que escuchar las demandas ciudadanas.
Y ya que recalé en el pueblo por obra y gracia de mi alcalde, menudo fregado le dio su homólogo portuense, quien lo llamó entrometido en la presentación (¿cuántas van ya?) del proyecto del muelle (puerto deportivo, recreativo, comercial y turístico) de la que fuera Ciudad Turística allá en los albores de la historia contemporánea. Métase en sus asuntos, vino a espetarle Brito, que ya tengo bastante con cobrar a fin de mes. Ledesma aún no ha rechistado. Lo mismo está escondido en una de las cuevas del Paseo de San Telmo.
Me alegro de que la bocana ya no sea un problema. Ha quedado subsanado con un diseño funcional que permitirá un mecanismo semejante a los puentes levadizos. Se abre y asunto zanjado. Los ferries (que ya podrán ser de 68 metros, en vez de los 66 inicialmente previstos) serán acomodados (hasta cuatro) sin mayor inconveniente. Y en caso de ser necesario, aunque cueste un poco más la maniobra de atraque, podremos admitir dos de 134 metros, o uno de 272, por lo que el tráfico para La Palma está cada vez más cerca. Ya era hora de que comiencen a temblar desde Radazul hasta Puerto Santiago.
Otro síntoma del meneo preelectoral, de este engañabobos permanente que se acentúa cada cuatrienio, es el acordarse de las promesas justo un ratito antes de que venzan los plazos, cuando la fecha de caducidad está a punto de encender la luz roja de la reserva. Así, Rajoy no se sonroja lo más mínimo cuando nos vende su bajada de impuestos, porque ahora sí toca, alegando que cumple su programa. Y no se recata en seguir favoreciendo a los que más tienen, grandes y casi únicos afortunados en las reformas de los impuestos de las rentas de las personas físicas y de sociedades. Somos muchos millones los que estaríamos encantados de encontrar un hueco en ese selecto grupo del tramo más alto en las retenciones por el IRPF.
Mientras, Carlos Alonso es aclamado como el candidato coalicionero de la ilusión. Será en la capital, porque en El Realejo están a la greña. Los codazos durante el verano, y no para buscar asiento en la playa, van a ser de órdago. Y como todos se hartan de promocionar la renovación, alguno sigue jugando a la lotería. O acariciando el rabo del primer gato negro que se le cruce. Nada nuevo bajo el sol, no obstante, porque otros que abogan por suprimir el Senado (cámara inútil, alegan)… Déjalo ya, que te enfoguetas (del pronominal enfoguetarse) y arrancas otra vez.
Ya estamos en verano y se ha notado este pasado fin de semana también en este Norte. No se preocupen que la panza de burro está acechando a que entre julio, mes en que se iniciarán las procesiones hacia el Sur. Y mañana, San Juan. Que vivan las cabras. Y otros animales que pululan.

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