lunes, 14 de marzo de 2016

Otra vez por Ingenio

Este pasado sábado nos fuimos a Gran Canaria, a la Villa de Ingenio, para concretar. Por segunda vez, aunque en esta ocasión no en la Casa de Postas sino en el Salón de Plenos, tuvimos la oportunidad de celebrar una ceremonia de Acogimiento Civil. Un periodo de siete años había transcurrido ya desde aquel 7 de febrero de 2009 (sábado también) en que acudimos a un acto que aún escasas instituciones ponen a disposición de los ciudadanos. En aquel entonces, Puerto de la Cruz, cuya alcaldesa era Lola Padrón, dejó pasar el tranvía. Pueden, y cuánto, los atavismos de una sociedad que hunde raíces en dogmas y credos. Los que, por inercia, ruedan adornados de parafernalias que chocan la mayoría de las veces, con aquellos supuestos convencimientos que sustentan tales ritos y solemnidades. Cuidado, los respeto. El mismo que demando para los que nos comulgamos con ellos.
De aquella primera cita di cuenta, unos años después, en este mismo blog. Puedes pinchar en el siguiente enlace, si tienes un minuto. De no ser así, anótalo y cuando dispongas de un rato, ya sabes: http://pepilloyjuanillo.blogspot.com.es/2013/02/un-lustro.html.
Un septenio después, el abuelo, con sumo gusto, ha recurrido nuevamente a las décimas. Que fueron leídas por Juan Díaz Sánchez, ya amigo de la familia, y que ostenta otra vez la alcaldía de aquella población. Charlamos unos minutos, intercambiamos opiniones (estaba presente, asimismo, el primer teniente de alcalde), y, como ocurre siempre, casi arreglamos el mundo en un rato. No debo olvidar la complicidad de Dámaso, quien guardó el poemilla a buen recaudo. Espero que cuando se den un salto a Tenerife, no olviden pasar por este pueblo que, como aquel, tiene una escultura dedicada a la figura de los cochineros (Icod el Alto) y cuyo autor nos es, igualmente, muy familiar.
Van, pues, las ocho décimas para el nieto. El tercero, con un año recién estrenado. Voy debidamente servido y creo haber cumplido con los tres. Cuando sean mayores, a buen seguro, se reirán de las boberías que escribía el abuelo. Pero habrá que comprenderlo, porque para eso estamos, para darles todo aquello con lo que fuimos reacios para con los hijos.
Te toca tejer futuro

Por el año dos mil nueve,
siendo siete de febrero,
a este pueblo cochinero,
una embajada se atreve
-qué pena de estancia breve-
a celebrar la acogida,
en ceremonia lucida,
de la hermana de este infante,
que viene bien elegante,
al lugar de bienvenida.

Como plasmé yo al nacer
en décima de rigor
para este nuevo primor,
debemos reconocer
que conviene proceder
a recordar rimas tales:
Esas causas principales
para mente aún despierta
que con el verso concierta
los hechos fundamentales.

“Ya tenemos a Martín
y Emma lo cuidará;
como el pirata ella irá
del uno al otro confín.
Si supera este trajín,
qué fundamento, señores,
le rendiremos honores
por atender al hermano,
poco a poco, grano a grano,
porque obras son amores”.

Un septenio ha transcurrido
y aquí estamos nuevamente
saludando a noble gente,
que no caiga en el olvido.
Otra vez hemos venido
desde el norte tinerfeño
para enseñar al pequeño
que vivir en armonía
es carta de garantía
en esta tierra de ensueño.

No es lo nuestro romería,
ni un asunto baladí,
ni nuestra presencia aquí
es una mera manía.
Parece una tontería,
pero arropar a Martín,
a saber, el benjamín,
simboliza el compromiso
de una familia que quiso
apoyar al querubín.

Y henos aquí en Ingenio,
que ya es Villa familiar,
para otra vez encomiar
esta especie de convenio.
Si con el verso congenio,
y consigo algún lector,
para el pequeño primor
plasmaré mi pensamiento
con dosis de sentimiento
en ocho estrofas de amor.

Como le dije a tu hermana,
te toca tejer futuro
pues solo bregando duro
nuestro camino se allana.
Ojalá que ese mañana
haga olvidar el presente;
será síntoma patente
de indudable mejoría,
quede expedita la vía,
miremos todos al frente.

También deberá estar Leo
en el viaje ilusionante,
y los tres juntos pa´lante
a cumplir con mi deseo.
Si por un casual los veo
-por ahora simple anhelo-
aunque no me quede pelo,
debidamente formados
y curros asegurados:
¡Qué feliz será el abuelo!

Villa de Ingenio, 12 de marzo de 2016 (sábado)

En fin, eso es todo, amigos, que decía Bugs Bunny. Mañana, quizás, escribiremos del gobierno.

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