Este pasado
sábado nos fuimos a Gran Canaria, a la Villa de Ingenio, para concretar. Por
segunda vez, aunque en esta ocasión no en la Casa de Postas sino en el Salón de Plenos,
tuvimos la oportunidad de celebrar una ceremonia de Acogimiento Civil. Un periodo
de siete años había transcurrido ya desde aquel 7 de febrero de 2009 (sábado
también) en que acudimos a un acto que aún escasas instituciones ponen a
disposición de los ciudadanos. En aquel entonces, Puerto de la Cruz, cuya
alcaldesa era Lola Padrón, dejó pasar el tranvía. Pueden, y cuánto, los
atavismos de una sociedad que hunde raíces en dogmas y credos. Los que, por
inercia, ruedan adornados de parafernalias que chocan la mayoría de las veces,
con aquellos supuestos convencimientos que sustentan tales ritos y
solemnidades. Cuidado, los respeto. El mismo que demando para los que nos
comulgamos con ellos.
De aquella
primera cita di cuenta, unos años después, en este mismo blog. Puedes pinchar
en el siguiente enlace, si tienes un minuto. De no ser así, anótalo y cuando
dispongas de un rato, ya sabes: http://pepilloyjuanillo.blogspot.com.es/2013/02/un-lustro.html.
Un septenio
después, el abuelo, con sumo gusto, ha recurrido nuevamente a las décimas. Que
fueron leídas por Juan Díaz Sánchez, ya amigo de la familia, y que ostenta otra
vez la alcaldía de aquella población. Charlamos unos minutos, intercambiamos
opiniones (estaba presente, asimismo, el primer teniente de alcalde), y, como
ocurre siempre, casi arreglamos el mundo en un rato. No debo olvidar la
complicidad de Dámaso, quien guardó el poemilla a buen recaudo. Espero que
cuando se den un salto a Tenerife, no olviden pasar por este pueblo que, como
aquel, tiene una escultura dedicada a la figura de los cochineros (Icod el
Alto) y cuyo autor nos es, igualmente, muy familiar.
Van, pues,
las ocho décimas para el nieto. El tercero, con un año recién estrenado. Voy
debidamente servido y creo haber cumplido con los tres. Cuando sean mayores, a
buen seguro, se reirán de las boberías que escribía el abuelo. Pero habrá que
comprenderlo, porque para eso estamos, para darles todo aquello con lo que
fuimos reacios para con los hijos.
Te toca tejer futuro
Por el año dos mil
nueve,
siendo siete de
febrero,
a este pueblo
cochinero,
una embajada se
atreve
-qué pena de estancia
breve-
a celebrar la
acogida,
en ceremonia lucida,
de la hermana de este
infante,
que viene bien
elegante,
al lugar de
bienvenida.
Como plasmé yo al
nacer
en décima de rigor
para este nuevo
primor,
debemos reconocer
que conviene proceder
a recordar rimas
tales:
Esas causas
principales
para mente aún
despierta
que con el verso
concierta
los hechos
fundamentales.
“Ya tenemos a Martín
y Emma lo cuidará;
como el pirata ella
irá
del uno al otro
confín.
Si supera este
trajín,
qué fundamento,
señores,
le rendiremos honores
por atender al
hermano,
poco a poco, grano a
grano,
porque obras son
amores”.
Un septenio ha
transcurrido
y aquí estamos
nuevamente
saludando a noble
gente,
que no caiga en el
olvido.
Otra vez hemos venido
desde el norte
tinerfeño
para enseñar al
pequeño
que vivir en armonía
es carta de garantía
en esta tierra de
ensueño.
No es lo nuestro
romería,
ni un asunto baladí,
ni nuestra presencia
aquí
es una mera manía.
Parece una tontería,
pero arropar a
Martín,
a saber, el benjamín,
simboliza el
compromiso
de una familia que
quiso
apoyar al querubín.
Y henos aquí en
Ingenio,
que ya es Villa
familiar,
para otra vez
encomiar
esta especie de
convenio.
Si con el verso
congenio,
y consigo algún
lector,
para el pequeño
primor
plasmaré mi
pensamiento
con dosis de
sentimiento
en ocho estrofas de
amor.
Como le dije a tu
hermana,
te toca tejer futuro
pues solo bregando
duro
nuestro camino se
allana.
Ojalá que ese mañana
haga olvidar el
presente;
será síntoma patente
de indudable mejoría,
quede expedita la
vía,
miremos todos al
frente.
También deberá estar
Leo
en el viaje
ilusionante,
y los tres juntos
pa´lante
a cumplir con mi
deseo.
Si por un casual los veo
Si por un casual los veo
-por ahora simple
anhelo-
aunque no me quede
pelo,
debidamente formados
y curros asegurados:
¡Qué feliz será el
abuelo!
Villa de Ingenio, 12 de marzo de 2016
(sábado)
En fin, eso
es todo, amigos, que decía Bugs Bunny. Mañana, quizás, escribiremos del
gobierno.
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